El hechizo de Hawkins

Que buena la privación del juicio, del uso de la razón. Divina e inconsiderada locura... ¡Qué gran desacierto! Siempre que por su carácter anómalo, nos cause sorpresa, buen rollo y la exaltación del ánimo, claro. En este vídeo el amigo afro-americano Jalacy Hawkins, mas conocido como Screamin “Jay Hawkins”, nos divierte con sus salvajes representaciones teatrales y con el mejor de sus éxitos de grabación “I put a spell on you” (1956), seleccionado para el Rock and Roll Hall of Fame´s.
Hawkins murió el 12 de febrero de 2000, después de una cirugía para tratar un aneurisma. Dejó muchos hijos con muchas mujeres, alrededor de 55 se sospechaba en el momento de su muerte, y tras una investigación, el número de 75 se convirtió pronto en su descendencia. Pero lo mejor, que sigue con su hechizo con nosotros.

Gracias a mi amiga Ángeles por enviarme este YouTube.

El paraje de los sueños rotos

En algún lugar, desde mi ventana cristalizada que no me deja ver, donde he contado mil veces la aventura de marras, a saber, de lo desconocido y conocido, de lo supuesto, lo imborrable y placentero. Desde ese rincón aprisionado entre músculos y arterias de mi existencia, donde guardo mi cajita de recuerdos inconfesables, aquí, en este lugar de nadie y para todos, paraje que perturba mi desorden del ánimo, en ese estado pasivo contrario a mi conciencia, donde mi apetito vehemente arde y me llena de pasión, sí... en ese lugar, de indicios y sospechas, de horizontes compartidos que se funden y moldean el gris lluvioso de luz tenue con el blanco difuso de la sal, serena mar, y tú, mi límite visual, como frontera que atrapas y a cuál cubres, a cuál ciegas, a cuál embiste... temporal previsto. Déjame andar con mis sueños por tu circular espacio, encerrarme en tu miserable y perverso nivel estratificado que divide el perfil del suelo, abandóname para poder alcanzar lo deseado, finge mi realidad, mi fantasía, esperanza sin posibilidad de realizarse. Y quisiera, queriendo y con voluntad procurar seguir y querer, aceptar y conformar el intento de mi deseo, y no inclines la balanza de lo que apetece, para procurar e intentar, no romper el encanto de mis sueños.

Ricardo Montesdeoca

24 Marzo 2008